A este gesto solidario se unieron la Consejería de Ciudadanía y Derechos Sociales del Gobierno de Aragón, varias fundaciones, el Grupo HENNEO, la Corporación de Radio y Televisión Aragonesa y varias empresas privadas Zaragozanas.
La acción consistió en llevar a 200 domicilios de personas mayores desfavorecidas y que viven en soledad, la comida del día de Reyes.
Se pretendía no solo alegrar ese señalado día, sino enviar un mensaje claro a la población a través de una campaña en redes y medios de comunicación, para que no se olviden de este colectivo y que la soledad no sólo la sufren en Navidad.
Como continuación a la iniciativa que el Excmo. Ayuntamiento de Zaragoza llevara a cabo el pasado año reuniendo a cenar el día de Nochebuena a 120 personas que vivían solas en el centro Lain Entralgo, Fundación Asistencial Agustina Zaragoza, Fundación Anagan, Fundación Memora, junto a las residencias de mayores Santa Bárbara, San Felipe Neri, Grupo Los Maizales y Grupo Parque Dorado, e importantes empresas y entidades del sector empresarial y social de la ciudad, toman el relevo de la acción adaptándolo a la nueva normalidad.
Tanto el Excelentísimo Ayuntamiento de Zaragoza como la Consejería de Ciudadanía y Derechos Sociales han apoyado este pequeño gesto porque como buenos conocedores de la realidad de la sociedad zaragozana, saben que la solidaridad es cuestión de sumas y quien suma, siempre gana.
Este año han sido 200 las personas que el día de Reyes recibirán en sus domicilios una comida especial que dos conocidos cocineros de la ciudad, Manuel Barranco (Chef Manolito) y Manel, del Restaurante Aura, prepararon en sus fogones junto a los jefes de la cocina de las citadas residencias y auxiliares de geriatría de esas mismas residencias fueron los que voluntariamente repartieron casa por casa la comida, para que el día de Reyes estas personas solas supieran que la magia existe.
Se trataba de un menú que refunda algunos de los platos que suelen servirse en las residencias participantes en los días festivos o especiales, como en este caso el día de Reyes.
Los productos para su elaboración los cedió gratuitamente una de las principales empresas proveedoras de las mismas residencias, Central de Compras Cafer, y gracias a la cesión de la cocina e instalaciones del complejo de restauración Aura, y gracias a su gerente Iván Acedo, conocido tanto por su actividad como por su participación en diversas causas solidarias en nuestra ciudad, la elaboración y su posterior envasado, fue posible.
De la logística del trasporte se ocupó la Fundación La Caridad vinculada al ayuntamiento de Zaragoza y que realiza a diario una encomiable acción solidaria con colectivos necesitados de nuestra ciudad. El traslado se realizó en vehículos frigoríficos para mantener todas las condiciones de seguridad alimentaria y no romper la cadena de frío.
La soledad es la nueva pandemia del siglo XXI. El individualismo, las prisas y el egoísmo se impone en muchas ocasiones, pero ellos nos han dado mucho; han construido la ciudad y la sociedad en que vivimos con su esfuerzo, su sacrificio y sus valores, por eso no podemos, no debemos mirar para otro lado. Debemos mirarlos, cuidarlos y sobre todo acompañarlos, porque la soledad no se vive sólo en estas fechas, se vive y sufre todo el año y esta pandemia, con sus nuevas costumbres y hábitos sanitariamente aconsejables, con sus confinamientos, con sus distancias sociales, con su tristeza, al fin y al cabo, no ha hecho más que ahondar en una mayor soledad a las personas.
Con esta acción somos muchos los que nos unimos y solidarizamos con las personas mayores que sufren la soledad y empresas o entidades tan arraigadas como Freixenet, Frutos Secos El Rincón, Alphabet capital, Cepyme, ASAPME o Pensium se unieron también a esta acción aportando, entre otras cosas, la visibilidad que a través de sus medios y RR.SS. pueden dar a este gesto solidario, que no pretendió sino concienciar de la difícil situación por la que atraviesan muchos de nuestros vecinos.
El día 5 de enero 200 personas mayores se sintieron un poco menos solas, al abrir la puerta y encontrarse a auxiliares de geriatría voluntarios, ofreciéndoles un menú especial, una sonrisa, un poco de conversación y lo más importante, la sensación de que alguien se vuelve a preocupar por ellos. Y es que no olvidemos que ellos, los auxiliares, han sido los héroes y heroínas olvidados en esta pandemia, esta vez, de nuevo sin capa, volverán a brillar.
Además, la suma de apoyos permitió que junto al menú del día de Reyes cada persona mayor recibiera un pequeño detalle cedido por Aragón TV y gracias al proyecto “La caja de las palabras mágicas” que la Consejería puso en marcha este año, cada persona mayor recibió una felicitación, un dibujo, una carta, unas líneas que le recordaron que alguien piensa en ella y aún en la distancia, la apoya. Se trata de un bonito proyecto por el que muchos colegios e institutos se hermanan con los colectivos más débiles y les muestran su apoyo a través de cartas que realizan sus alumnos y se entregan en residencias como símbolo de apoyo y recuerdo.
Y que acciones como esta nos sensibilicen y conciencien, a los que trabajamos cerca del área de mayores y a los que no, de lo que le pasa a muchas personas que tenemos cerca y que no miremos para otro lado.